viernes, 5 de octubre de 2012

Copérnico y Kepler.


A la izquierda Nicolás Copérnico.
A la derecha Johannes Kepler.

Nicolás Copérnico formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar, en su libro De revolutionibus orbium coelestium. La astronomía moderna se basó en esta teoría y, gracias a esta, la ciencia avanzó en la época del Renacimiento. Estudió en Cracovia, siendo prohijado por Wojciech Brudzewski, para luego marcharse a Italia y seguir estudiando en Italia, trabajando para Doménico de Novara.

Johannes Kepler es principalmente conocido por sus leyes sobre el movimiento de los planetas en órbita alrededor del Sol. Trabajó con Tycho Brahe y acabó sucediéndole ante el emperador Rodolfo II.

Copérnico sustituyó la teoría de que la Tierra estaba en el centro y que tanto el Sol como los planetas giraban a su alrededor (geocentrismo) por una teoría que decía basada en que era el Sol el que estaba en el centro con los planetas moviéndose a su alrededor (heliocentrismo). 

Kepler.

Esto sirvió como base para que Kepler finalmente describiera el movimiento planetario basándose en 3 expresiones matemáticas, las llamadas leyes de movimiento planetario de Kepler. Encontró que las órbitas no eran circulares, si no elípticas. Estaba seguro de que los planetas obedecían las leyes pitagóricas de la armonía. Sus estudios demostraron que las distancias de los planetas al Sol dibujaban esferas paralelas, siendo el primero en dibujar (con algunos errores) las órbitas concéntricas de los planetas en sus órbitas alrededor del Sol.




Las leyes de Kepler:
  - Primera ley. Los planetas se mueven en órbitas elípticas en las cuales el Sol ocupa uno de los focos.
   - Segunda ley. El radio vector que une el centro del Sol con el centro de un planeta describe áreas iguales en tiempos iguales, es decir, en la órbita de los planetas alrededor del Sol éstos se mueven más rápido cuando estén cerca de la estrella y más lento cuando estén lejos de ella.

   - Tercera ley. Los cuadrados de los periodos de los planetas son proporcionales a los cubos de su distancia al Sol, es decir, el tiempo en el que un planeta le da la vuelta al Sol es proporcional a su distancia; en consecuencia, los planetas que estén más lejos tardan más en recorrer su órbita que los que estén más cerca.



Fuentes: 

Libro recomendado para ampliar el tema:

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